Cuando yo tenía unos doce o trece años, en plena edad del pavo, tuve una época que me volví una niña introvertida. Mi reino era mi habitación y allí tenía todo lo que yo quería: mi radio, mis libros, mis fotos de Michael Jackson... Era tal la pasión que sentía hacia él que me compraba cualquier revista donde saliese la más mínima foto suya para agregarla a mi colección y mi regalo más preciado fue un poster que me regalo mi madre, casi que a tamaño real y con el que hablaba y me desahogaba tranquilamente. Corrían los tiempos de Thriller.
A medida que fue pasando el tiempo, Michael se fue destiñendo, cada vez se hacían más evidentes sus excentricidades y mis circunstancias personales cambiaron, nos fuimos distanciando. Yo fui mostrando más interés hacia los amores de carne y hueso y llegó un momento que me daba hasta una cierta vergüenza reconocer que había estado locamente enamorada de semejante ser.
Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio y con los años me di cuenta que Michael no era más que un pobre desgraciado al que durante toda su vida explotaron y le hicieron otro producto de márketing y, lógicamente, eso no hay cuerpo que lo resista (la mayoría de los niños prodigio terminan mal).
El viernes cuando morió me sentí más preocupada por el accidente de trenes en Aluche que por él. Pero luego, analizando lo que había significado y sus circunstancias personales, sin querer se me escapó un "vaya vida de mierda"
Hoy quiero rendirle mi pequeño homenaje personal porque fue alguien que me ayudó a sobrellevar los días de soledad de aquella época y he escogido un video en el que, tal vez, todavía era un niño relativamente feliz
es linda la voz jaja ;)
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